lunes, 15 de abril de 2013

Ámbar

Ante todo, es preciso que aclaremos que no se trata exactamente de un mineral y, mucho menos de un cristal, sinó de una resina de una conífera prehistórica, sin embargo, su utilidad en cristaloterapia, junto a su hermoso color dorado justifica su inclusión entre los cristales y las piedras preciosas.
Gracias a que el ámbar, no como las piedras preciosas, es cálido al tacto y muchas veces contiene fragmentos de insectos, se creyó que poseía vida.
Era sagrado para los adoradores de la Diosa Madre en tiempos clásicos porque se creía que contenía la esencia misma de la vida y se utilizaba para dar energía positiva a todas aquellas personas enfermas o faltas de alguna élemento en sus vidas.
En algunas reuniones de Wiccas, las mujeres - en general las sumas sacerdotisas - llevan puestos collares que consisten de cuentas alternadas de ámbar y azabache.
 
Estas dos piedras representan a la Diosa y al Dios, el principio femenino y masculino, las fuerzas de la naturaleza receptivas y proyectivas.
 


El ámbar es una de las mejores aliadas que podemos encontrar, dado que es facíl de cargar, frontando este "mineral" contra una madera o seda se carga electricamente, lo cual siempre nos beneficia a la hora de quererlo utilizar para manipular energías o para los rituales donde se requiere.

Su color dorado es un puro representante de la madre tierra, normalmente asociamos a la tierra con tonos marrones o verdes, pero en realidad estos representan la naturaleza ,por ejemplo en Japón, además del elemento tierra econtramos representado la madera (Naturaleza).

La tierra es dorada como la arena del mal o el sol que se refleja en ella, por lo que el ámbar es un buen representante de ella, sobre todo recomendado para niños y personas de avanzada edad, dado que previene la debilidad energetíca y concentra en su interior una fuerte energía vital.

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